Los antioxidantes de los betacarotenos son esenciales para cuidar tu piel. Pero, además, estimulan tus defensas, protegen tu corazón, previene el cáncer y reducen el colesterol.
Cuidar la salud y prolongar la vida son los objetivos prioritarios de los antioxidantes, unas sustancias presentes en las vitaminas, que previenen el daño oxidativo de los radicales libres en las células. El betacaroteno, también conocido como provitamina A, es quizás el antioxidante más efectivo para combatir los síntomas del envejecimiento y fortalecer el sistema inmunológico. Este pigmento vegetal de la familia de los carotenoides, que en el organismo se transforma en vitamina A, puede encontrarse de forma natural en las frutas y verduras de color amarillo, anaranjado, rojo y verde oscuro. Presume de tener los mismo beneficios que la vitamina A, pero goza de poca toxicidad, por lo que los expertos prefieren cuando se trata de prevenir el cáncer. La razón es que se pueden consumir grandes cantidades de betacaroteno sin miedo de sufrir efectos secundarios, porque el hígado solo va a transformar en vitamina A la cantidad que necesita. El resto suele almacenarse en el tejido adiposo, donde se vuelve a utilizar cuando es necesario y, además, puede ser excretado.
El mejor protector
Es un elemento, presente en numerosos alimentos, que el hígado transforma en vitamina A y que no puede faltar en nuestra dieta. Nuria Llata, dietista y miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Dietistas y Nutricionistas, explica que “es crucial para mantener húmedos los tejidos blandos, como las membranas mucosas de la nariz, boca, orejas, pulmones, tracto digestivo y urinario, la piel, el cabello y los ojos. Si el cuerpo presenta deficiencia de betacarotenos se puede observar sequedad en estas zonas, así como una manifestación de infecciones en estos órganos en forma de acné, sinusitis o infecciones respiratorias”. Su déficit también puede dar lugar a insomnio, fatiga, pérdida de peso e inhibición del crecimiento.
Tiene un papel muy importante en el crecimiento de los niños, pues se utiliza en el desarrollo de los huesos y dientes, ayuda en el almacenamiento de las grasas y sin él no sería posible metabolizar las proteínas. Permite mejorar la visión y proteger los tejidos oculares. Por si esto fuera poco, las últimas investigaciones han puesto de manifiesto que el betacaroteno es mucho más que provitamina A: protege el organismo de las sustancias oxidantes, elimina los radicales libres, es un seguro contra el cáncer, mejora la actividad del sistema inmunitario y disminuye el riesgo de desarrollar enfermedades de origen degenerativo como las cardiovasculares. Todas estas funciones superprotectoras están relacionadas con su valioso poder antioxidantes capaz de absorber los radicales libres y prevenir el envejecimiento prematuro de las células.
Fumadores
Los fumadores, así como las personas que han inhalado partículas de amianto, deben evitar suplementarse con betacaroteno sintético e incluso con altas dosis de betacaroteno natural aislado. Existen dos formas de obtener el betacaroteno: de forma sintética en la que se hace un aporte aislado de betacaroteno, y de fuentes naturales, a su vez unas aportaran únicamente betacaroteno (por ejemplo zanahoria), y otras en las que se aportan a parte del betacaroteno otros importantes carotenoides es el caso de los obtenidos a partir del alga Dunaliella salina. Debido a la inestabilidad del betacaroteno (entiéndase como molécula aislada), en casos como los anteriormente mencionados (cáncer de pulmón y/o exposición a amianto), puede paradójicamente acontecer que se transforme este betacaroteno en radicales libres. La forma de evitar este potencial problema es garantizando un aporte combinado del betacaroteno junto con otros carotenoides antioxidantes, como los aportados por el alga Dunaliella salina y/o combinándolo con otros nutrientes antioxidantes como lasvitaminas C y E.
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